Baja autoestima o Autoestima dañada
La autoestima es la manera que cada persona tenemos de percibirnos, tratarnos, valorarnos, cuidarnos y querernos. Cómo lo hagamos va a depender del valor que otorguemos a cada una de las características que según nosotros mismos, nos definen.
La autoestima es una pieza fundamental en la construcción de una vida equilibrada y satisfactoria, ya que representa la valoración y el respeto que una persona tiene por sí misma.
Muchas personas luchan con una baja autoestima o autoestima dañada, lo que puede afectar negativamente a su bienestar emocional, sus relaciones y su capacidad para alcanzar sus objetivos.
Una autoestima saludable implica reconocer tanto las fortalezas como las debilidades y aceptarlas desde el cariño y el respeto para trabajar en la mejora de aquellos aspectos que sintamos que queremos modificar.
La baja autoestima puede tener múltiples causas, incluyendo:
Relación materno/paterno filial: una relación en la que la crítica era constante, con ausencia de refuerzo, donde no hubo acompañamiento, conexión, refugio y apoyo emocional….O una donde hubo un exceso de protección, de control o de preocupación…Y por supuesto una relación en la que existió abuso, negligencia o abandono durante la infancia…son algunos ejemplos de relaciones que pueden dejar una huella duradera en la autoestima.
Comparación Social: Compararse constantemente con los demás, especialmente en la era de las redes sociales, puede llevar a sentimientos de insuficiencia y baja autoestima.
Fracaso o Rechazo: Experiencias repetidas de fracaso o rechazo, ya sea en el ámbito social, académico o profesional, pueden erosionar la confianza en uno mismo.
Perfeccionismo: Tener expectativas poco realistas y ser extremadamente crítico con uno mismo puede generar sentimientos de fracaso y baja autoestima.
Relaciones Insanas: Las relaciones abusivas pueden dañar la autoestima, haciendo que la persona se sienta inferior, incapaz o incompetente.
Problemas Anímicos y Emocionales: Condiciones como la depresión y la ansiedad pueden contribuir a la percepción negativa de uno mismo.
La baja autoestima puede manifestarse de diversas formas, incluyendo:
Autocrítica Constante: Tener pensamientos negativos sobre uno mismo y ser excesivamente crítico con las propias acciones y decisiones.
Miedo al Fracaso: Evitar tomar riesgos o enfrentar nuevos desafíos por miedo a fallar. Ese miedo al error hace que hasta las más nimias decisiones sean potenciales estresores.
Necesidad constante de Aprobación: Buscar constantemente la validación y aprobación de los demás para sentirse valioso.
Dificultad para Aceptar Elogios: Sentirse incómodo o desconfiado cuando se reciben cumplidos o elogios.
Aislamiento Social: Evitar situaciones sociales por temor a ser juzgado o rechazado.
Problemas de Autoafirmación y Asertividad: Dificultad para expresar las propias necesidades y deseos, y para defender los propios límites.
Sentimientos de Inferioridad: Creer que uno es menos competente o valioso que los demás.
La baja autoestima puede ser una barrera significativa para vivir una vida plena y satisfactoria, pero no es insuperable. Con conciencia, esfuerzo y las estrategias adecuadas, es posible reconstruir la confianza en uno mismo y desarrollar una autoestima saludable. Reconocer los síntomas, entender las causas y tomar medidas proactivas hacia el autocuidado y la autoaceptación son pasos esenciales en el proceso de mejora. Entender y sentir que cada persona tiene un valor intrínseco y es digna de amor y respeto, empezando por el amor y respeto a uno mismo.